En la cocina, todos tenemos esas herramientas que, una vez que las pruebas, no entiendes cómo vivías sin ellas. Para mí, este rallador es una de esas. Es el secreto para llevar tus platos a otro nivel con un gesto tan simple como rallar.
El secreto de muchas recetas está en los detalles: la ralladura fresca de un limón sobre un pescado, el parmesano recién rallado que se derrite sobre la pasta, o ese toque de chocolate sobre un postre. Y para eso, necesitas una herramienta que responda. La hoja de este rallador es una maravilla; está fabricada en un excelente acero inoxidable, es súper afilada y se desliza sin esfuerzo, incluso sobre los ingredientes más duros como la nuez moscada o un queso bien curado.
Lo mejor es que es un verdadero todoterreno. Lo uso para cítricos, jengibre, ajo, quesos, chocolate... se convirtió en mi utensilio de confianza para casi todo.
Además, es cómodo. Su mango ergonómico te da un control total, sin que se te canse la mano. Y una de las cosas que más valoro: la limpieza es un suspiro. Un chorro de agua y está listo, aunque también es apto para lavavajillas, para que pases más tiempo disfrutando y menos tiempo limpiando.
Si buscas una pieza funcional, elegante y que te acompañe por años, te la recomiendo. Es una de esas pequeñas inversiones que marcan una gran diferencia en la cocina del día a día.
Características que te van a gustar:
Material: Acero inoxidable de alta calidad.
Uso versátil: Ideal para quesos, cítricos, chocolate, jengibre y más.
Agarre: Mango ergonómico para un control superior.
Limpieza: Fácil de enjuagar y apto para lavavajillas.
Medidas aprox.: 24 cm de largo x 5,5 cm de ancho.
